Fundada en el año 2016, por los hermanos Lorenzo y Valentín López Orozco, en el pueblo de Ledaña, provincia de Cuenca,
con viñedos en propiedad de la familia desde hace mas de cien años. De ellos extraemos las mejores uvas para crear vinos artesanales,
de producción limitada, fermentados y envejecidos en tinaja de barro.
La filosofía de nuestra casa tiene como objetivo la recuperación viñas viejas, cultivándolas de manera ecológica,
volviendo a los orígenes de las elaboraciones mas tradicionales, exaltando la autenticidad de las variedades autóctonas.
Desde su fundación la bodega se encuentra adscrita a la Denominación de Origen Manchuela.
Somos de un lugar donde para hablar nos miramos a la cara; donde las grietas de las manos son los galones del oficio y las arrugas y las canas se llevan con orgullo, donde la vida pasa despacio y las horas las dicta el sol, donde no contamos años, contamos vendimias.
Somos hijos, nietos y biznietos de agricultores que han cultivado viñas en estas tierras desde que el hombre es hombre. Hemos crecido en el campo, jugando con piedras y sarmientos, hemos llegado a casa con tierra en los bolsillos, los labios cortados por el frío y la cara quemada por el sol.
Utilizamos la potencia de la variedad bobal, domada por la elegancia de la tinaja para hacer vinos de producciones limitadas, artesanos, diferentes y personales.
“Es posible que olvide nuestro nombre, o quizá no recuerde el nombre de nuestra bodega, pero una vez que pruebe nuestros vinos, lo que nunca olvidará es lo que le hicieron sentir”.
Fermentamos y envejecemos el vino en tinajas de barro.
Aprovechamos el saber hacer de siglos desde la época romana.
Estamos en Manchuela, y empleamos el barro por coherencia con el lugar, por tracidición,
por cultura y por historia, porque creemos fielmente que la esencia
de un pueblo son sus tradiciones.